16 de noviembre de 2007

EL TEJE Y MANEJE DE LOS NUEVOS DISEÑADORES

Empezaron por gusto y tiempo después lo convirtieron en negocio. A grandes pasos, un grupo de jóvenes diseñadores se está haciendo un espacio en el precario mundo de la moda chilena. Por medio de hilos, telas y máquinas de coser, los nuevos hijos de la vanguardia nacional presentan interesantes y atrevidas colecciones, que no pretenden desaparecer en el intento por entrar al mercado.
Por Mariana Valenzuela S.


En la galería Drugstore se respira un aire a juventud. Hace un tiempo se ha convertido en el centro de encuentro de más de un joven cansado de los malls. Tiendas, chicas y grandes, restaurantes y librerías rodean este ambiente. Y es aquí donde comenzaron a jugar y a mostrar las primeras puntadas los nuevos diseñadores de vestuario chilenos. A convertirse de tímidos costureros a grandes emprendedores.
Egresados de diseño y diseño de vestuario, varios jóvenes se han atrevido a llevar su vocación al área comercial. Ya sea a través de tiendas en lugares específicos o por medio de revistas, muchos de los nuevos diseñadores se han dado a conocer. Sin embargo, no siempre se parte de un proyecto que venda. “Nunca me lo planteé como un business”, cuenta Pola Thompson, dueña y diseñadora de Pituqui-Pinaqui. Esta marca, que ya lleva 6 años en el mercado, partió como algo distinto a un negocio hecho y derecho. “No lo hice para hacerme rica. Es algo más bien para mantener la cosa creativa viva”, comenta la diseñadora. Y para el bien de ella, hoy la marca es uno de sus sustentos.
Como Pola, hay varios diseñadores que han logrado tener sus propias tiendas después de esfuerzo, lucha y mucha dedicación. Marcas como Parentesys, del diseñador Patricio Soto, y Garbo, de Gabriela Pinto, ya son nombres que suenan en el entorno del Parque Forestal. Como un barrio emergente tanto en gastronomía como en moda, el sector del Bellas Artes se ha transformado en una de las cunas para estos diseñadores.
En Providencia, junto a Pola, se puede encontrar MO. Esta marca pertenece a Magdalena Olazábal, quien lleva también varios años entre hilos y telas. Su tienda es más grande y se nota un ambiente y gusto más serios. Dedicada a hacer ropa para hombres con ganas de vestir distinto y con estilo, su objetivo es ofrecer una alternativa a lo ya repetido en vestuario masculino.

Juntos se hace la fuerza
Por otro lado hay grupo de diseñadores que, no confiando 100% en el mercado y careciendo del capital para desarrollarse solo, partió de a poco. A muchos les lleva tiempo poder llegar a tener su propia tienda. “Mis papás nunca me auspiciarían”, cuenta Gabriel López, diseñador de la tienda Antibalas, ubicada en el Drugstore de Providencia.
Según la dueña de Antibalas, Monique Arentsen, el negocio no es rentable. “Recién está empezando a serlo”, agrega. En su tienda, la diseñadora reúne entre 7 y 8 jóvenes diseñadores que no tienen la posibilidad de tener una tienda para mostrar o vender sus trabajos. Ella, mediante un acuerdo de venta a consignación, permite que tanto Gabriel como otros diseñadores vendan sus colecciones. Esto, obviamente dejándose un margen de ganancia del 50%, lo que obliga a los diseñadores a doblar el precio que piden por sus prendas, haciéndolas menos asequibles. Por una polera, por ejemplo, los diseñadores piden $10.000, pero debido a la consignación cuesta $20.000. Un precio bastante más caro de lo que se puede encontrar en una tienda por departamento.
Para Monique lo más importante en el mundo del diseño es mantenerse en lo que a uno le gusta hacer y no ‘venderse’. “Los grandes almacenes te chupan todo porque traen cosas baratas y bonitas. Entonces tienes que pelear por tener tu público”, señala. Agrega que en Chile hay poca cultura de moda y vestuario: “Es triste y penoso ver la poca cultura que hay. La gente no se atreve a probar cosas nuevas. Son los extranjeros los que aprecian nuestro trabajo, no los chilenos”.

Los nuevos mecenas
A partir del boom de diseñadores de vestuario, han aparecido algunas instancias que permiten que jóvenes que antes no podían mostrar sus creaciones ni venderlas, puedan hacerlo sin problema. Una de estas iniciativas hoy reúne a cientos de personas y es reconocida como la Feria de Nuevas Tendencias (FNT) en el Galpon 9 de Bellavista. Con 3 años organizándola, su creador, Manuel Rojas ha sido uno de los grandes impulsores del movimiento de diseñadores.
En la Feria, que tiene fijada como próxima fecha el 18 de noviembre, se reúnen alrededor de 40 artistas que exhiben, realizan contactos y comercializan sus creaciones. "El objetivo es “abrir un espacio de diseñadores nuevos que no necesariamente hagan alta costura. Es un espacio comercial y de muestra para empresarios y, más que todo, para microempresarios”, comenta. En ella se puede encontrar de todo: ropa intervenida, platería, accesorios, zapatos, trabajos en crochet y hasta una persona que vende géneros.
La FNT nació de otra iniciativa en pro del desarrollo de la moda. Antes que la Feria partiera, Rojas estaba ligado al Encuentro de Moda Independiente en el cual se realizan desfiles con las colecciones de los jóvenes modistos. En ese momento los desfiles sirvieron también a los nuevos talentos como una plataforma más, permitiéndoles hacerse conocidos y convertirse en marcas establecidas. Así fue como les tocó a las marcas Pituqui-Pinaqui y Pez.
Gabriel López participó alguna vez en las Ferias de Nuevas Tendencias. Sin embargo, ya no lo hace. “Se chacrearon. Ahora son super seguidas y la gente va a pasear, no a comprar”, sentencia. Monique Arentsen piensa lo mismo. “De repente te encuentras con cosas feas, puras cositas chicas”, agrega la diseñadora. Según ella, a veces los diseñadores ni siquiera alcanzan a vender lo suficiente como para pagar el puesto. “No conviene”, afirma, apoyando nuevamente su tesis de que en Chile nadie se atreve a comprar cosas distintas. Lo único que Gabriel rescata de la iniciativa es que verdaderamente sirve para realizar contactos, pues consiguió varias clientas gracias a los eventos realizados por Rojas.
A pesar de las críticas que pueda recibir la FNT, fuera de Santiago se ha considerado como una excelente alternativa para apoyar el diseño. En Valparaíso, específicamente bajo el nombre de Feria de Diseño de Vestuario, muchos nuevos modistos se reúnen a presentar sus trabajos y a vender alguna prenda al igual que en la capital.
Dentro del mismo ambiente de diseño, pero a un nivel más desarrollado se encuentra Pasarela Santiago. Este evento, organizado por Grupo Pampa, presenta 30 diseñadores nacionales, tanto emergentes como consagrados, en una muestra de moda inusual para nuestro país dada su gran envergadura. Uno de los expositores fue Rubén Campos, sin embargo, la diversidad del diseño emergente es quién se lleva toda la atención. Así, escuelas como el Duoc, Inacap y la Universidad del Pacífico mostraron sus últimas colecciones aspirando a ser reconocidos por su trabajo desde novatos.
Las revistas de moda o de tendencias que circulan por nuestro país también han ayudado a que el trabajo de algunos jóvenes sea identificado. Tanto los diseños como la dueña de Pituqui-Pinaqui han tenido la oportunidad de aparecer varias veces en la revista Paula, Blank y Cosas. A Gabriel López también le ha tocado lo suyo: el mes pasado publicaron fotos de su colección en la revista online Milkbox, donde presentó sensuales ejemplares.
A pesar de que el panorama se ve lleno de actividades, todavía los diseñadores que están partiendo no se encuentran en una buena posición. Todos concuerdan en que el trabajo es difícil y deben luchar por mantenerse en lo que les gusta y no caer en sistema de la venta en serie. Ninguno vive del diseño de vestuario. “Si un diseñador quiere sobrevivir tiene que tener un mecenas o un trabajo por otro lado”, cuenta resignadamente Monique. Sin embargo, las alternativas de exposición están y cada vez se están convirtiendo en eventos obligados para los diseñadores. El desafío ahora es de los propios artistas: encontrar su nicho y hacer su negocio rentable para no quedarse con sus pilchas en la casa sin que nadie las vea.


[+/-] Seguir leyendo/esconder este post

No hay comentarios.: